
A ESTA GENERACIÓN…
abril 4, 2022Queridos jóvenes, estimadas autoridades civiles y eclesiásticas, distinguidos invitados, hermanos y hermanas en Cristo:
Con alegría y gratitud nos reunimos para cerrar este 46º Encuentro Nacional de Renovación Juvenil, una experiencia de fe, comunidad y renovación espiritual. Durante estos días, hemos compartido momentos de reflexión, oración y crecimiento, descubriendo la alegría que brota de buscar y encontrar a Dios en nuestras vidas.
Bajo el lema “Alégrense los que buscan al Señor”, hemos recordado que nuestro caminar en la fe es una constante búsqueda del amor divino. Hoy, al concluir este encuentro, no nos despedimos, sino que salimos con el compromiso de vivir y testimoniar esta alegría en nuestras comunidades, en nuestros hogares y en cada acción de nuestra vida diaria.

Miramos también hacia el futuro con esperanza, sabiendo que en el 50º Encuentro Nacional de Renovación Juvenil celebraremos un jubileo especial, con el lema: “Porque vivo en el Señor, que me quiso para sí” (Santa Teresa de Jesús). Esta frase nos recuerda que nuestra existencia cobra su verdadero significado cuando nos entregamos plenamente a Dios, permitiéndole obrar en nosotros y guiarnos en su camino.
A lo largo de estos 46 años, el ENRJ ha sido un refugio de fe, una escuela de amor cristiano y un espacio donde muchos han encontrado su vocación. Inspirados por el legado del Padre Segundo Familiar Cano, continuamos fortaleciendo esta comunidad juvenil que sigue llevando la luz de Cristo al mundo.
Hoy, bajo la guía del lema 47, “Abran su corazón delante de Él” (Salmo 62,8), se nos invita a dar un paso más profundo en nuestra relación con Dios. Después de buscarlo y alegrarnos en su presencia, ahora somos llamados a entregarnos a Él con sinceridad y confianza. Abrir nuestro corazón significa confiar plenamente en Dios, dejando que su amor transforme nuestras vidas y nos impulse a vivir con autenticidad y comunión.
Que este encuentro no termine aquí, sino que marque un nuevo comienzo en nuestra entrega a Dios. Salgamos con la certeza de que Él nos fortalece, nos guía y nos invita a vivir con fe y transparencia. Recordemos siempre las maravillas de Dios y confiemos en que, con un corazón abierto a su gracia, Él obrará grandes cosas en cada uno de nosotros.
¡Que Dios los bendiga y que el fuego de este encuentro ilumine sus caminos cada día!
